Les volvemos a recomendar que se ajusten bien los cinturones y pongan sus asientos en posición vertical, que vamos a hablar bien de José Manuel Soria. Y tenemos nuestros motivos. En el último consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, el presidente del Cabildo tuvo un comportamiento digno de encomio. Después de una intervención de ese monstruo del liderazgo empresarial que es Mario Rodríguez, en la que manifestara lo que a su juicio y el de sus representados es “el desastre de la gestión en el Puerto de La Luz y Las Palmas”, y tras cinco horas de debate durante las cuales guardó un prudente silencio, habló Soria. Y lo hizo para comentar que se encontraba satisfecho de haber invertido tanto tiempo en aprender cosas portuarias pues entendía que era la primera vez que se no se consumía un consejo en hablar de urbanismo o del engarce del puerto con la ciudad. Es decir, que a Gran Marina ida, palos a la madriguera. O al urbanismo. Pero debemos insistir en lo edificante que resulta que el consejo del Puerto hable de asuntos del Puerto. Le felicitamos por tanto.