El fichaje de Alfredo Alberto no es de Paulino, es de Soria, que precisamente acompañó en aquella famosa visita a la quesería del flamante director general a Arias Cañete. Ambos, Cañete y Soria, se llevaron sus correspondientes quesos de regalo, el primero, para la Península, y el segundo para una reunión familiar celebrada al sábado siguiente en Salinetas donde se apreció la alta calidad del queso de esta SAT. Es el PP por tanto el que va a meter a Paulino Rivero en un nuevo problema antes de que empiece verdaderamente el curso político. Y no solamente porque Alfredo Alberto protagonice un culebrón de difícil encaje en las normas no escritas de compatibilidad y estética políticas, sino porque también el PP ha conseguido cabrerar a CC en Fuerteventura, es decir, a Asamblea Majorera, que no ve con muy buenos ojos este nombramiento. Lo primero que habrá de promover el Gobierno será la autorización para Capricornio, para que se disipen las dudas.