La austeridad de la que hace gala el Gobierno de nuestra gente condujo a que no se acudiera al mercado de la decoración y el interiorismo a buscar profesionales. Ya se sabe lo engorroso que es hacer un concurso, publicarlo, soportar tantas ofertas y tener que elegir la que tienes que elegir. Así que, lo mejor, alguien de la casa. No hizo falta pedir voluntarios porque desde que llegó a oídos de Manuel Martínez Fresno que el presidente quería nueva decoración en su despacho, saltó como un reguilete y se ofreció para coordinar las tareas. Martínez Fresno, para el que no lo conozca, es el director general de Relaciones Institucionales y Participación Ciudadana, pero por unas semanas (o meses) aparcó tan pedestres tareas para hacerse cargo de algo más plástico, más edificante y grato. El decorador gubernamental eligió tienda especializada: Trastornados.