Se anima el cotarro parlamentario, no sólo porque Soria y los suyos se hayan puesto majaderos y se den ahora al juego de la sillita, sino porque algunas de sus señorías nos han salido provoconas. Como Blas Trujillo, que se estrena en esta legislatura como parlamentario regional tras su experiencia en el Congreso de los Diputados. Viene con la escopeta cargada y, con eso de que lo han hecho responsable de hacerle un severo marcaje al consejero de las perras, José Carlos Mauricio, ya ha metido en el Registro de la Cámara una petición de comparecencia. Trujillo quiere que Mauricio explique qué cosas son ésas de sus amenazas de recortar los gastos sociales si Madrid no tapa agujeros provocados por la brillante gestión de los sucesivos Gobiernos que en Canarias han sido. Además de otras lindezas lanzadas por ese pedazo de consejero que tenemos. Sugerimos a los periodistas, curiosos del parlamentarismo y público en general que vaya adquiriendo sus localidades porque el cuerpo a cuerpo éste es de los que prometen.