No sabemos si pronto llegará el final de una nueva etapa de la carrera política de José Carlos Mauricio, o si logrará sobrevivir por el contrario. Lo que sí es seguro es que lo debe estar pasando muy mal cuando se dedica -de noche y de día- a tratar de salvar el pacto con el PP como si le fuera la vida en ello. Tiene sus motivos, algunos muy relacionados con la posibilidad de quedarse en el paro antes de cotizar lo suficiente para la jubilación. Lo de este martes en el Parlamento puede haber pasado desapercibido para muchos, pero no para nosotros. Un consejero de Economía y Hacienda que permite que el Estado rebaje las ayudas al funcionamiento del REF y ni siquiera da la cara para explicar cómo pudo ocurrir y apoyar inmediatamente un recurso de inconstitucionalidad, ni es nacionalista, ni defiende a Canarias ni merece ser consejero un minuto más. Qué pena que no tuviera los mismos reflejos para llamar a Rato como tuvo siempre para ayudar a los empresarios amigos.