Si alguien quiere superar cualquier registro del absurdo, que contrate a Rita Martín. La nueva campaña de la Consejería de Turismo para dilapidar los recursos públicos para que siga cayendo la llegada de turistas, está teniendo los mismos visos que la de los Estadios de la Felicidad, ¿se acuerdan? En aquella ocasión, la acción se inició en el Emirates Stadium de Londres con una cuchipanda con ostras y champán en los palcos vips. En esta de los embajadores, el estreno ha sido en un país en la quiebra más absoluta, con noticias inquietantes que no invitan precisamente a creer que sus habitantes tengan poder adquisitivo para tomar unas vacaciones en un país de la zona euro. Su moneda, la corona, ha sufrido una depreciación del 80% frente a la moneda europea, y la situación de la población es tan penosa que los dos restaurantes McDonald's abiertos en el país han anunciado que echarán el cierre el 1 de noviembre. Esos ciudadanos que no gastan ni en hamburguesas son los que Rita quiere traer para acá. Al menos ha tenido la generosidad de inyectarles 300.000 euros en menos de una semana. Un portento, la dama.