Dice la sentencia que condena al panfleto de Larry que se ha producido “una injerencia en el honor del demandante porque se ha publicado una información lejana a la verdad, cuando se ha dicho que aquel [David León] hizo intervenir a la alcaldesa [de San Bartolomé de Tirajana] para que mediase ante los agentes de la policía, o cuando se dice que éste estuvo detenido seis horas en la Comisaría de la Policía Nacional, o incluso que se le registró el vehículo por si llevaba drogas, noticias que, como hemos visto, han carecido de contraste alguno, hasta el extremo de que ni siquiera los demandados han asistido a juicio a sostener la veracidad de las mismas”. Estamos, pues, ante una sarta de mentiras en la que incurrió el libelo pepero con el único objeto de hacer daño en la imagen del concejal de Nueva Canarias. Y lejos de tratar de enmendar su error, como hicimos nosotros en su momento, esta pandilla de plumillas atorrados se mantuvo en sus trece hasta el punto de declararse en rebeldía. Bonito ejemplo para salir a quejarse del resto de la prensa.