“Si continúo, el consorcio tendrá una vida lánguida”, afirma Rafael Molina Petit, técnico comercial del Estado y funcionario del Ministerio de Industria y Turismo, a cuya plaza piensa reincorporarse en cuento cese en el Consorcio para la Rehabilitación Turística del Sur de Gran Canaria, muy pronto con el añadido de Mogán, también gobernado por el PP. Ya lo vivió en su etapa de presidente de la Zona Especial Canarias (ZEC), puesto para el que fue nombrado por el ministro Pedro Solbes. Pero al cesar este y llegar Rodrigo Rato empezó a notar desconfianza de los dirigentes del PP y optó por retirarse prudentemente. Ahora vuelve a presentársele la misma tesitura, contaminada en esta ocasión por alguna mano negra que ha filtrado maliciosamente a la prensa que gasta a espuertas en siete asesores, cuando no tiene ni uno y continúan en la plantilla del consorcio los mismos cinco empleados que estaban allí cuando llegó. También se ha especulado con la especie de que quiere optar a presidir la Autoridad Portuaria de Las Palmas, y ya se sabe que en las actuales circunstancias, con el pacto regional pendiente de cerrar, todos los nombres que saltan a la palestra se lanzan con el fin de quemarlos. Pero eso lo desmiente también. En cualquier caso ya ha dicho tanto al Cabildo como al Ayuntamiento que se quedará hasta que se haya hecho lo que él llama “una sucesión tranquila y razonable”. Salvo que lo convenzan y continúe al frente de este organismo llamado a impulsar la zona turística del sur de Gran Canaria y sacarla del marasmo en la que la han metido tantos despropósitos.