El periodismo del periódico El Día mejora por momentos, perfecciona los mecanismos de contraste de las noticias y compone a continuación un pronunciamiento editorial que roza lo sublime. Así se hacen las cosas, sí señor: buena información para una sólida opinión. En su última pastoral, publicada este domingo en la última página del diario, don Pepito de luce al afirmar literalmente que “parece que una pareja de canarios se encontró con el matrimonio Rivero-Mena en Fidji. La primera intención fue pedirles que posaran con ellos para inmortalizar la coincidencia. Sin embargo, no se atrevían a hacerlo. En el entretanto, le comentaron al camarero que los atendía en el complejo turístico que ese señor era el presidente de Canarias; la tierra de la que venían ellos. ”Ese señor es el dueño de todo esto“, les respondió el empleado del resort”. La anécdota puede resultar sabrosa, y hasta simpática, si no fuera por lo que vino a continuación: “¿Será verdad esta anécdota o se trata de un chisme? A nosotros nos la ha relatado una persona que consideramos seria. Naturalmente, no es ningún delito veranear en Fidji, ni tener propiedades en el extranjero -aunque no sea en México-, ni darse la vida padre mientras los canarios se mueren en las listas de espera”. Es decir, que no hay contraste de ningún tipo, lo que convierte la anécdota en un simple chascarrillo que el editorialista intrépido remató con una lapidaria recomendación marca de la casa: “Al margen de la veracidad de anécdotas como esta, es evidente que Paulino Rivero no puede permanecer ni un día más como presidente de Canarias”. Y rián p'al puerto (de Santa Cruz, of course)