El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La misma ''reacción desesperada'' de las palmeras
Suponemos que el ilustre letrado que defiende al Zorro Plateado en la plaza pública se habrá documentado bien acerca de esas “reacciones desesperadas” con las que pretende justificar los comportamientos violentos que a menudo asaltan a su distinguido cliente. Porque José Miguel Suárez Gil tiene acreditada fama de encolerizarse por momentos y de tirar de la mano o de lo que trinque para imponer su criterio. Le ocurrió a poco de comprarse su mansión de Tafira Baja, cuando sin autorización de ningún tipo arrancó once palmeras protegidas (hace poco dijimos que sólo había sido una) y provocó la consiguiente reacción de su vecino. Éste, al ver que caían en su propiedad las palmeras que tantos años había costado levantar a su familia (el Zorro había comprado la casa a una hermana del afectado) se personó en el lugar de los hechos cámara de fotos en ristre para formular la correspondiente denuncia. La reacción apasionada de Suárez Gil fue agredirlo y arrebatarle la cámara de fotos, que semanas después devolvió a través de los juzgados. Curiosamente, entonces no tuvo que responder con una condena severa, y la multa por arrancar las once palmeras se limitó a la mínima sanción.
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