Para los espectadores de esa emisora de televisión debe resultar cuanto menos llamativo que lo que antes era un dispendio y una iniciativa inútil para la promoción turística, ahora pase a ser una de las noticias más enternecedoras del año. Nos referimos precisamente a ese hermanamiento carnavalero anual entre el Puerto de la Cruz y Düsseldorf. Porque no debe ser lo mismo ver los fastos desde la barrera que poder colocar un trípode y una cámara y grabar para la posteridad los grandiosos discursos que pronuncie Marcos Brito y las fiestas en las que la expedición participe en esa ciudad alemana. Las demás televisiones locales están que trinan por este trato de favor a quien se ha convertido por derecho propio en la emisora oficial del régimen portuense. Pero nadie rechista, no vayan a insultarlos en el aire.