El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
“Monta el pollo, Fernando”
Apoteósico final de la parte lectiva de la semana. El Hierro escribía una página de la historia convirtiéndose en la primera isla del mundo en ser energéticamente dependiente gracias a Gorona del Viento y a la constatación real de que las energías renovables son la mejor solución a las fósiles y a esa crisis energética que amenaza con meter al planeta en un agujero económico de proporciones colosales. Allí estaba, como testigo de excepción, el subsecretario de Industria, Enrique Hernández Bento, que pudo comprobar con sus propios ojos cómo una isla puede ir a pedales. Porque es él el que, insistentemente, proclama que el petróleo es imprescindible porque ni los aviones ni las potabilizadoras ni los coches se mueven gracias al tren inferior del ser humano. Qué cosas, oye. Muy cerquita de El Hierro, en el Parlamento de Canarias, la armaba su compañera de partido, el PP, Águeda Montelongo, que trata de hacerse un máster en gestión de televisiones públicas gracias al encargo que ha recibido de José Manuel Soria de meter un dedo en el ojo de Willy García, el director general, un día sí y el otro también. Aguedita se tropezó este viernes con un combativo García, que la acorraló de tal manera que la diputada, en vez de pedir la hora, pidió más guerra. “Monta el pollo, Fernando”, reclamó de su compañero por el tercio de Lanzarote Fernando Figuereo, fiel y leal escudero de esta y otras escaramuzas peperas. Pero el pollo ya estaba montado gracias a la inconsistencia de las acusaciones de la señora Montelongo, desbaratadas no solamente por el Tribunal de Cuentas, sino por su propio conocimiento de los contratos que ella personalmente fue a recoger a las oficinas de la Radiotelevisión Canaria en un episodio que pasará a los anales de esta ultraperiférica nacionalidad.
De “hay que llamar a ‘El Día” a “monta el pollo, Fernando”
No pasará, sin embargo, a la historia la habilidad de Águeda Montelongo para pronunciar frases extemporáneas e impropias de una representante popular. Ella que siempre ha sido tan mirada para las apariencias, como demostró cuando afeó a un concejal majorero de su partido su manera de vestir: “Vistes como un pastor”, y recibió a cambio del reconvenido un abrupto “yo no me meto contigo si llevas las bragas meadas”. En noviembre pasado un micrófono de la Cámara abierto para la posteridad la trincó diciendo a un compañero aquello de “hay que llamar a El Día” para reproducirle las palabras que acababa de pronunciar Paulino Rivero al sobre su intención de “no apoyar [publicitariamente] a un periódico independentista”. Su ligereza oratoria le volvió a gastar este viernes una mala pasada al no controlar lo que decía, ni siquiera en la parte más sensible del debate. Porque, como cuentan los cronistas parlamentarios, no acompañó ninguna de sus acusaciones de datos concretos que la avalaran. Sí se dedicó, por el contrario, a dejar caer insinuaciones que, si se le aplicaran a ella, no le iban a gustar un pimiento. Una parlamentaria no puede preguntar a ningún compareciente, por sospechoso que sea de matar a Manolete, si “¿tiene alguna cosita?” con las productoras a las que la cadena contrata programas. O se las sabe y directamente las expone, o se calla y busca “esas cositas”. A no ser que estuviera insinuando la señora diputada pecados de la cintura para abajo que, de ser ciertos, solo serían objeto de debate parlamentario si hubiera pruebas de trato de favor. Un juego sucio en el que no debería entrar Aguedita no vayan a salirle más pastores majoreros contando cositas que ellos se saben y los demás callamos porque, aunque pueda parecer increíble, no somos como ella.
Chano Franquis vuelve a las andadas
La vieja política no ha muerto, y mucho nos tememos que mientras sigan en determinados machitos sus más excelsos representantes, tardará en morirse. La decisión del PSOE de volver del revés su organización con procesos de primarias que nadie hasta el otro día se esperaba, ha cogido con el paso cambiado a la vieja guardia, seguramente sabedora de que el personal lo que está ansiando es que entre savia nueva en las organizaciones políticas precisamente para erradicar esas prácticas que han conducido a la más dura desafección y desprestigio. Pero como algunos no saben hacer otra cosa que lo que vienen haciendo desde hace décadas, vuelven a las mismas. Es el caso de la Agrupación Local del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria, dirigida desde hace décadas por Chano Franquis, en estos momentos diputado nacional por la provincia de Las Palmas. A punto de perder el puesto en la última elección de ejecutiva a manos de un recién llegado, Gabriel Corujo, que ahora se postula para las correspondientes primarias, Franquis se ha conjurado con los suyos para que aquello no vuelva a ocurrir. Y la mejor solución que ha encontrado no ha sido la de convencer a los desafectos; ni la salida más honrosa de dejar paso a la gente nueva. Lo que ha hecho es incrementar en más de doscientos el número de afiliados de la Agrupación Local con incorporaciones muy llamativas producidas en estos últimos meses. Cuando más difícil está para los grandes partidos conseguir afiliaciones, va el PSOE de la capital grancanaria y consigue pasar de 600 a 840 militantes. El cante ha sido de tal consideración que algunos se han puesto a revisar el listado para encontrar curiosas coincidencias en nombres y apellidos, en procedencia laboral y deportiva, y hasta en números de teléfono y correos electrónicos, algunos de ellos idénticos a los que usan determinados miembros de la dirección local.
Regresa García Quer
Revisando ese listado de las lustrosas y sorprendentes nuevas afiliaciones, ha llamado la atención el regreso al PSOE de José María García Quer. Ya mosqueó sobremanera que apareciera en algún acto de la reciente campaña electoral haciéndose pasar por un socialista de toda la vida, cuando de él se guardan en el corazoncito de la vieja guardia rockera los feos que hizo a la organización cuando ésta decidió, allá por los noventa, negarle la dirección del aeropuerto de Gran Canaria, él que venía de ser diputado desde la transición sin dar puñetero golpe. García Quer se vengó: fue el responsable de una sentencia condenatoria laboral muy onerosa para el PSOE producto de un fichaje que él promovió y que salió rana. Antes de marcharse al Centro Canario Nacionalista, del que llegó a ser presidente local (manda Trillos), García Quer contó a un periodista, que se lo creyó y lo publicó, que el PSOE tenía caja B en aquellos aciagos años en los que por no tener, no tenía ni caja A. El desgaste fue colosal: Quer se marchó al CCN y el periodista asiste en estos momentos en materia de comunicación al vicepresidente del Cabildo, el tránsfuga Juan Domínguez. Pero de unos meses a esta parte se le ha visto muy activo fichando afiliados, dicen que entre 60 y 80, que unidos a los que han llegado desde la Autoridad Portuaria de Las Palmas gracias al concurso del secretario de Organización, Aridane Romero, empleado de ese organismo, más los esfuerzos de otros como Julián Navarro o Toni Ortega, completarían esa nueva nómina de leales al franquismo que rebasa los dos centenares. El descaro es tal que hasta se ha detectado la presencia de un equipo de voleibol al completo. La queja ya ha sido elevada a la superioridad, que se ha comprometido a contestar cuando acaben las fiestas en Arucas.
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