Vamos a ver si les situamos a todos ustedes para que comprendan que lo que ahora se inicia no es una guerra mediática entre Canarias 7 y este periódico digital que tienen en pantalla. Es mucho más, como mucho más es desenmascarar cómo se ponen al servicio de intereses personales cosas como poderes públicos, entidades públicas de derecho privado, medios de comunicación, partidos políticos y una parte de la judicatura. Este domingo el referido periódico de papel ha vuelto a lanzar una andanada contra accionistas de CANARIASAHORA en una demostración de que lo que les gusta -frente al periodismo de investigación- es el periodismo creativo, el único que está prohibido en esta profesión, el periodismo de mentiras hecho a mayor gloria del editor de ese diario, Juan Francisco García, también conocido como el Flaco, y sus querellas personales. Como a Chavanel lo habíamos desactivado contando de qué clase de madera está hecho, a García no se le ha ocurrido mejor cosa que enviar al frente a Francisco Suárez Álamo, director del medio, un buen chico que intelectual y profesionalmente apenas superaría el test que se le practica a los reponedores de mercancías en un supermercado de barrio. Y, claro, cuando esas cosas se hacen en plan mandado, se nota cantidad. Además de dar mucha pena.