Y como nadie pierde el tiempo, el alcalde de Santa Brígida aprovechó la llamada que le hicimos con el fin de conocer su versión para afearnos un par de tarascadas que dice que le hemos dedicado, y de paso, recordarnos que la concejal que le acusa de vengarse no quiere devolverle el acta de concejal ni el rosario de la madre superiora, que no es otra que la gaviota que cubre las siglas del PP, partido por el que se presentó en 2007. Al Niño Bravo le duelen muchas cosas de su ex compañerita, entre otras que ande contando por ahí que él le dijo algo sobre sus genitales y la manera concreta de asírselos en una acalorada (sin duda) reunión del partido. Pero lo que peor lleva el alcalde y delfín soriano es que doña Guadalupe vaya a promocionarse el tiempo que resta de mandato municipal para luego desembarcar en Nueva Canarias o en Unión, Progreso y Democracia, el partido de Rosa Díez. “Eso es lo que ella anda diciendo por ahí”, matizó Bravo de Laguna, qué sí da valor a estas afirmaciones de la futura tránsfuga y no a las otras de la entrepierna y la pasión.