No abandonamos las medianías de Gran Canaria para referirnos de paso al municipio vecino de Santa Brígida, el que dirige con tanto amor nuestro admirado Lucas Bravo de Laguna. En un gesto que le honra, el Niño Bravo ha obedecido los designios de la oposición, que ha protestado largamente por el abandono que hasta ahora sufría la biblioteca municipal por falta de personal. Con un horario muy restringido, de 09.00 a 14.00, y con cierres en verano de hasta dos meses, la concejal Victoria Casas, de CC, no paraba de reclamar mayor atención a este servicio. Y dicho y hecho, el alcalde ha nombrado nuevo bibliotecario: Carmelo Martel, el número 9 de la lista del PP, que se quedó a un tris de incorporarse a la Corporación cuando se daba por hecho que la Justicia inhabilitaría al edil Armando Umpiérrez, aquel que arrancó una señal de tráfico harto de que una policía local le multara por aparcar descaradamente a su sombra (de la señal de tráfico, se entiende).