No nos dejan estarnos quietos, jurado. Hace unos días pudimos ver a través de Radio Televisión Sur el solemne acto central de las fiestas en honor de Santa Marta, en San Bartolomé de Tirajana, con ese pedazo de alcalde que allí tienen arengando al vecindario acerca de lo bien que va España y Maspalomas. Marco Aurelio Pérez no se pudo reprimir, y aprovechando que el escenario, ricamente decorado con flores, se levantaba ante el singular faro de Maspalomas, inició su discurso mostrándose admirado del “marco incomparable donde nos encontramos hoy”. Pues bien, el marco incomparable del faro de Maspalomas vio este lunes cómo se iniciaban las obras de reparación de la plaza que recibe ese nombre, afectada por las inundaciones de noviembre de 2001. Los retrasos, aclaran desde el Ayuntamiento, se deben a problemas en la licitación ya que el concurso correspondiente se declaró desierto en la primera ocasión. Una agilidad administrativa que contrasta con la experimentada en Santa Cruz de Tenerife donde ya ha cobrado todo el mundo. Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, y menos cuando van a aprovechar las obras para darle un toque incomparable a la zona, con rampa para personas de movilidad reducida, un puentito de madera para unir la playa con el paseo de Meloneras y dos escaleras laterales.