Todo arrancó en el anterior mandato, el funesto cuatrienio del PP y AFV-Ciuca en Telde, cuando el promotor Félix Machín no tenía manera de que Guillermo Reyes le diera una puñetera licencia de construcción. Pero Machín sí logró sacar adelante inicialmente su unidad de actuación, y con las escrituras en la mano, solicitó licencia de obras, que nunca le fue contestada por el consistorio. Aplicando la fórmula del silencio administrativo, inexistente en el mundo del urbanismo para hacerse con una licencia, el promotor inició las obras de sus 78 viviendas, obras que ahora están paralizadas precisamente porque esa licencia no es válida. Pero, además, el actual grupo de gobierno inició en julio pasado la revisión de oficio de la reparcelación del Calero Alto II, precisamente por la denuncia del primo del alcalde, que se ve perjudicado por el desarrollo de esa unidad de actuación.