Francisco Valido es el fichaje revelación de Soria para la ciudad de Telde. Es un hombre con carisma, con muchos seguidores, y considerado, por los que le conocen, como una persona seria. Tiene experiencia en la vida política municipal, tanto en la gestión como en la oposición, y tiene hambre de gol, cualidad imprescindible para atreverse con Paco Santiago (por delante) y Soria (por detrás). Algunos maledicentes (los periodistas, que somos así de puñeteros), dicen que acaba de hacer un curso de palabrerío en Barcelona y que ha venido hecho un quíquere. Y así lo pudimos escuchar el miércoles en Radio Cibelio, donde fue sometido a una interesante batería de preguntas por tres periodistas con ganas de batalla. La primera impresión es que salió bien parado, que su labia (y ese curso) le dan para mucho, pero las reacciones posteriores, las captadas entre el miércoles y el viernes, apuntan a que la sensación de triunfo no la comparten todos los dirigentes y militantes del PP teldense. Sobre todo en el terreno ideológico, donde Valido se muestra más flojo, especialmente si lo mueven un poco del territorio del centro. Los máximos responsables del PP en Telde, con José Suárez a la cabeza, tratan de cerrar filas e impedir que se noten las fisuras. El problema empieza desde el segundo escalafón hacia abajo, no comprenden el cambio de rumbo de Paco Valido, no valoran los esfuerzos sorianos por captar votos al precio que sea, y desprecian que se haya ignorado a jóvenes y maduros valores del partido de esa ciudad, que podrían ser magníficos candidatos. Además de la oratoria, Valido tendrá que desempolvar los conocimientos que tenga de bombero y de primeros auxilios.