No aprende Luis González de los consejos que algunos le dan. Hace poco le contaron lo que decía Otto von Bismarck, el canciller de hierro, acerca de la mentira: “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”, sentencia muy aplicable, como habrán concluido rápidamente, a los tiempos que corren porque estamos en precampaña, en plena guerra, y algunos, acabados de salir de una cacería durante la cual ordenaron hundir un barco. Pero volviendo al terruño, Luis González, presidente de la UD, lo desoyó y montó su particular teoría sobre la falsificación de firmas para el cobro de unos talones bancarios para ver si zanjaba la cuestión. Con poco éxito ya les adelantamos.