El colofón a esta exaltación de la amistad entre CC-ATI y el PP lo puso la tarde-noche de este lunes Paulino Rivero en el Congreso de los Diputados. El portavoz nacionalista hizo la más pobre intervención que se esperaba de él, justificada solamente por su lamentable intento de desandar el camino de la rabieta que emprendió después del atentado en la T-4, cuando llegó a hablar incluso de someter a Zapatero a una moción de censura. Fitetú. No podía este lunes alinearse nuevamente con el PP a la vista de la patética e irresponsable soledad en la que se ha instalado, así que don Paulino se dedicó a columpiarse en el tópico, ir de aquí para allá sin tino y sin criterio, hacer un relato de fechas y hechos por todos conocidos, y afear la conducta tan poco consensuada al Gobierno y al principal partido de la oposición. No te enfades conmigo, Mariano, pero comprende que vovler a decir lo de la moción de censura del modo en que se presentan ahora los acontecimientos me cuesta un disgusto nada rentable, habrá dicho Rivero a Rajoy en los pasillos del Congreso. Tranquilo Paulino, que ya lo arregla Soria en su artículo dominical, habría contestado el presidente del PP.