Tanto fue el cántaro a la fuente, que acabó rompiéndose. Las tirantes relaciones entre el médico Antonio Pérez y Casimiro Curbelo, el presidente del Cabildo de La Gomera que quita el sueño a sus adversarios políticos y de un tiempo a esta parte a su partido, el PSOE, han acabado por estallarle en la cara al ex senador, hoy recluido en su feudo tras aquel agreste incidente en una sauna de Madrid. Hoy les acercamos la primera entrega de los papeles de La Gomera que contienen un sumario judicial en el que se concentra una telaraña de irregularidades que investiga la Fiscalía Anticorrupción y el único juzgado que hay en la isla colombina. La causa puso rumbo a Madrid en mayo pasado al apreciarse indicios claros de posible implicación del ex senador, pero al dimitir de su cargo en la Cámara Alta, la pieza regresó a La Gomera para continuar allí su compleja tramitación. Los primeros datos conocidos apuntan a que a Curbelo lo conocen en los ambientes empresariales en que se mueve como El Papi, un apelativo que parece adecuado por la capacidad de concitar a su alrededor todo tipo de ventajas y canonjías propias de quien controla la vida económica, política y social de la isla. Un testigo protegido ha puesto sobre la mesa del juez y de la fiscal María Farnés Martínez el sueño más recurrente de cualquiera de sus adversarios en las urnas.