Mucho parloteo, mucho rescate financiero, muchos brindis al sol pero cuando llega la hora de la verdad, ni los bancos prestan ni parece haber ningún político capaz de conseguirlo. O al menos dispuesto a intentarlo seriamente. El grupo Hermanos Domínguez- Dinosol se enfrenta a la cruda realidad de querer invertir y no poder; de querer recuperar una empresa que fue santo y seña de su quehacer empresarial y tropezarse con una cicatería y una desconfianza desproporcionadas. Los Hermanos Domínguez y su hombre fuerte, Javier Puga, consejero delegado de AJA Inversiones, han conseguido lo que podría ser lo más difícil, un grupo de inversores canarios que creyeran en ellos y en su proyecto del nuevo Hiperdino, pero se han estrellado ante lo que debería ser más sencillo, que los bancos completen la inversión necesaria en unas condiciones razonables parecidas a las que disfrutan con el rescate que entre todos los españoles les estamos pagando.