Pocas visitas de Estado tienen efectos tan saludables en una isla como la que realiza ahora mismo José Luis Rodríguez Zapatero a Lanzarote. No hay que negarle al acontecimiento la importancia promocional que tiene en unos momentos tan delicados para el turismo canario. Como tampoco hay que negarle a ZP que tiene la manía de cumplir con sus promesas: prometió veranear allí cuando fuera presidente, y ahí lo tenemos. Pero, además, ha generado un efecto pacificador ciertamente llamativo. Una desconocida Asociación de Empresarios Extrahoteleros de Lanzarote publicó en pay per viu este miércoles a toda plana una gran esquela de saludo y bienvenida a Zapatero y su familia, rematada con unos grandiosos deseos de felicidad en Lanzarote. Un poco antigua resultó la proclama, pero es de las que hacen patria. Detrás fue Asolan.