Y ustedes se preguntarán a qué vienen estas tribulaciones parlamentarias del PP y de Coalición Canaria. No hace falta que se derritan el seso, que cuando se habla de estos dos partidos es muy fácil imaginarse lo peor. Ya saben que la decencia y la ética políticas no son virtudes que adornen su comportamiento, y es muy natural incluso que piensen que detrás de estos sucios pactos sólo haya dinero. ¿A que habían pensado en eso? Bueno, pues sumen al poderoso caballero la necesidad de todos los partidos políticos de tener una buena pellita por estas fechas para gastar en campañas publicitarias de gran tamaño. Y luego añadan que la moda establecida por muchos es la de cobrar por adelantado antes de hacer el favorcete. ¿Se imaginan, llegado el caso, que alguien tuviera que devolver los dineros adelantados a tanto la cama? Nos entran escalofríos sólo de pensarlo. Pobres gerentes de campaña.