Guillermo Reyes es un personaje verdaderamente singular, casi caleidoscópico, si no fuera porque no todas sus formas son regulares y simétricas, aunque siempre cambiantes. Constituyó todo un fenómeno político y social cuando consiguió en 2003 cuatro concejales que le convirtieron en llave para derrocar, junto al PP, al eterno Paco Santiago, alcalde que tras aquellos aciagos años, ha vuelto por sus fueros. Pero antes de concejal, Reyes ha sido de todo: médico especialista en alergias, propietario de un vídeo comunitario cerrado por ilegal en el Valle de Jinámar, pintor acuarelista... Aunque se le han colgado otros oficios, no todos nobles y transparentes, como espía del desaparecido Cesid. Hermano del sindicalista de la UGT Antonio Reyes, del dueño de autoescuelas Carmelo y del médico propietario de las primeras clínicas abortistas de Canarias, Juan Reyes, a Guillermo se le atribuye el liderazgo del clan familiar. Lo único que nosotros tenemos confirmado es que es listo como un rayo y que, de haber sido partícipe de algunas de las operaciones de presunta corrupción detectadas en el Ayuntamiento, siempre supo dar un paso a un lado y dejar que otros firmaran y se cogieran los dedos. El escudo humano sería, en tal caso, el pánfilo de José Luis Mena, que aparece imputado en todas las causas relacionadas con el urbanismo teldense del cuatrienio del PP con AFV-Ciuca en el Ayuntamiento de Telde.