La denuncia contra Soria por mentir en el Parlamento es, como decíamos, de libro. Decir en una comisión de investigación que se ausentó de un consejo de la Autoridad Portuaria cuando se trataba un asunto que importaba a su casero, Javier Esquível, cuando sabía perfectamente que era mentira, es delito perseguible y castigable con penas de prisión. No nos cansaremos de presentarles a ustedes las pruebas, por si ha ocurrido una desgracia y se han extraviado en el viejo edificio de la Audiencia, en San Agustín. La grabación con la voz de Soria es del Parlamento; el certificado de la Autoridad Portuaria lo firma su letrada, y las declaraciones de Antonio Morales, alcalde de Agüimes, son de un testigo presencial de los hechos. Porque los hermanos Soria no sólo no se ausentaron, es que encima se mojaron en favor de los Esquível. El presidente del PP calla y mira para el fiscal, a ver si hay suerte y pide el archivo. Suerte y algo más, debemos añadir. Por cierto, ¿se declarará secreto el sumario? ¿Nos procesarán por publicar las pruebas?