Con los votos a favor del grupo de gobierno del PSOE, la cariñosa abstención de Coalición Canaria y la única voz discordante de Antonio Olmedo, esa mosca cojonera que tiene el PP de Soria, provincia de Las Palmas, en el sur de Fuerteventura, el Ayuntamiento de Pájara aprobó este histórico miércoles el Plan General del municipio turístico, en vísperas electorales, oiga. Como para mosquearse y apurar hasta el último segundo en buscar los gazapos de Blas Acosta -el multifacético promotor, concejal de Urbanismo y candidato a la presidencia del Cabildo- durante los cuarenta y cinco días que pasará el Plan tendido al sol de la exposición pública. Así lo entendió Olmedo, que calentó el pleno del Pajarato con veladas acusaciones al grupo de don Blas de devolver con el Plan los servicios bien pagados durante su polémico mandato.