La controversia está servida porque aunque el prestigio del doctor Emilio Sanz está fuera de duda en el ámbito académico, el catedrático de Bioquímica Enrique Meléndez, aquel que inventara los célebres “polvos” contra el colesterol, la diabetes y la artrosis y fuera defendido por el ex fiscal del Estado, Eligio Hernández, lo denunció por poner en cuestión una de sus tesis investigadoras. Emilio Sanz tampoco es un neófito y su solvencia llega a Gran Bretaña. En 2005 publicó en el semanario médico inglés The Lancet un artículo en el que afirmaba que la ingesta de antidepresivos en el embarazo provocaba síndrome de abstinencia en el bebé, aunque hacía hincapié en que una mujer que necesita un tratamiento antidepresivo debe mantenerlo durante todo el periodo de gestación, tanto por su salud como la de su futuro hijo, pues abandonarlo podría ser mucho peor. Pero en este caso que nos ocupa, el de las cobayas humanas, veamos lo que le dijo a Leonardo Faccio y suscitó la sorpresa de Gabriel García Márquez.