El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Pongámonos en su pellejo
Por un accidente tecnológico, este comentario se quedó fuera el viernes. Vendría a complementar a los que hacían referencia a la imputación en la que estuvo incurso José Manuel Soria en 2002. Como no ha perdido actualidad, lo repetimos este fin de semana de modo íntegro. Pero, apliquemos al caso Jinámar con un poco de perspectiva y una pizca de mala uva la misma doctrina que aplica Soria a la trama eólica. Y utilicemos para ello la misma técnica de la pregunta retórica que él utiliza para acusar veladamente en la Operación Eolo. Vamos a ver, señor Soria, ¿no encontró por los alrededores del caso Jinámar a algún socialista a quien cargarle el muerto? ¿No había un mísero Anacleto, agente secreto, que pudiera facilitarle información privilegiada que le permitiera sacudirse el problema y endilgárselo a otro antes incluso del comienzo de las diligencias? ¿Por qué no pidió una comisión de investigación sobre la marcha? ¿Cómo es posible que siendo vos quien érais, no consiguiérais evitar la imputación desde el principio? ¿Quién falló? ¿Pagó caro el atrevimiento el que falló? ¿Qué le pasó a la magistrada Margarita Varona para ponerse mala en un momento tan crucial de la instrucción y ceder la batuta al sustituto Martí? ¿Conocía usted con anterioridad a los hechos a este juez suplente del cuarto turno que le levantó la imputación? Y a mayor abundamiento, ¿volverán las oscuras golondrinas de su balcón sus nidos a colgar?
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