Vaya, ha tenido que caer hasta sus registros más dramáticos el aeropuerto de Barajas para que el Gobierno de Mariano Rajoy haya descubierto, ale hop, que la bonificación en las tasas aeroportuarias juega un papel determinante en el tráfico aéreo. Nunca es tarde cuando la dicha llega y resplandece la razón frente a la majadería de un ministro, como el de Turismo, que se ha desgañitado desde que tocó poder nacional diciendo justo lo contrario: que las tasas aeroportuarias no influyen lo más mínimo en la conectividad aérea o en el trasiego de pasajeros. Hemos escogido algunas de sus frases más energéticas, pronunciada, la primera, el 3 de abril de 2013, el otro día, con la misma coyuntura económica actual: “No hay ni un solo turista en el mundo que cuando dice 'vamos a Canarias' esté pensando en las tasas aéreas. Pueden pensar en el tipo de hotel, en si es todo incluido, si es media pensión o en el tiempo, pero no hay ni uno solo que esté pensando en si la tasa aérea es más alta o más baja”. Algo más técnico estuvo en una comparecencia parlamentaria el 31 de enero de 2012: “No hay ni un solo dato [obsérvese la similar contundencia] derivado de ninguna estadística de Turespaña, de la Secretaría de Estado de Turismo, de las compañías aéreas, ni de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes que derive en una relación causal del aumento del turismo en canarias gracias a estas bonificaciones en las tasas”. Pues va a ser que sí, por lo que comenta la señora ministra de Fomento, Ana Pastor. Durante meses, desde 2011, Soria ha estado machacando al Gobierno de Canarias a propósito de la reclamación de regresar a la bonificación de las tasas acordada por Zapatero en su famoso Consejo de Ministros en Canarias, allá por 2009, ¿se acuerdan? Entonces, Soria escribía esto en su blog: “En lo que respecta a las tasas aeroportuarias, que no se intente engañar al pueblo canario con que las tasas que pagan los aviones por usar nuestros aeropuertos nos las van a subir. Todos sabemos en Canarias que tal planteamiento responde exclusivamente a una triquiñuela del Ministerio de Fomento que, para tapar sus incumplimientos sonoros en materia de inversiones en las islas [todavía no habían llegado los recortes del tío Mariano] nos dice primero que esas tasas van a subir para luego aparecer haciéndonos el favor de mantenerlas como están o que incluso nos las bajan, que es lo que sería de justicia teniendo en cuenta que para los canarios los aviones son como la guagua y los aeropuertos como la parada. Yo a ese juego no me voy a prestar”. (Ja). Como ven, en 2009 Soria era un ferviente defensor de la rebaja de tasas aeroportuarias, que luego se convirtieron en una memez y un trato de favor para, ahora, por arte de magia, volver a ser la solución milagrosa para resolver el monumental desplome de pasajeros en los aeropuertos españoles. Tiene razón Paulino Rivero cuando le pide una explicación y unas disculpas. Es lo mínimo ante esta cadena de despropósitos, de chulerías y de desplantes.