El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El PP pierde cualquier opción de censura
La primera llamada que hizo el alcalde de Santa Cruz nada más conocer la marcha de su vicealcalde, el hombre que realmente llevaba el Ayuntamiento de Santa Cruz, fue a la dirección regional del PSOE para garantizar la continuidad del pacto de gobierno. ¡Cómo no! Bermúdez se queda al frente de un grupo de concejales que han perdido su referente político, lo que revalúa la figura de un alcalde que hasta ahora desempeñaba muy bien sus responsabilidades representativas y poco más. Se marcha quien le eclipsaba dentro y fuera del Ayuntamiento, y aunque la pérdida supondrá graves contratiempos para expedientes tan decisivos como las reclamaciones por el pleito de Las Teresitas o la recuperación de Emmasa, lo importante es lo importante, y en este caso es recuperar la posición, mandar o que lo parezca. Tras la estampida, se queda un Grupo Socialista con un perfil político muy bajo y con inveterada tendencia a pelearse. Y sin líder, más pronto que tarde. El Partido Popular de Cristina Tavío también sale mal parado porque pierde un ariete con el que afearle la alcaldía a Bermúdez y, sobre todo, cualquier posibilidad de que el pacto actual se rompa antes de la víspera electoral de 2015. Tavío, probablemente, aprovechará el marasmo para recordarle a Julio Pérez la magnífica oportunidad que perdió al no aceptar la oferta que le brindó al día siguiente de las elecciones de mayo de 2011: te hacemos alcalde si no pactas con Coalición. A Julio Pérez, por supuesto, se le pusieron los dientes largos. Era una tentación inmensa: un alcalde socialista por primera vez en la historia democrática reciente, y con tan solo cinco concejales. El pacto regional, que también se refuerza gracias a esta marcha (¡cosas del surrealismo mágico en el que nos desenvolvemos!) impuso su lógica y Pérez se resignó a convertirse en el número dos de Bermúdez.
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