No para de comentarse en los cenáculos empresariales agosteños la última escaramuza vivida en el seno de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) a cuenta de la elección de uno de los dos representantes de la patronal en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas. No es cuestión baladí porque de este asunto ya viene colgando como pendiente un cartelito que dice algo así como “Para septiembre”, como si de una asignatura suspendida se tratara. La gente del puerto, como les hemos contado, no se conforma con la derrota del niño Freire, y amenaza incluso con quebrar la paz patronal. Pero de aquella votación hay cosas que es bueno que contemos, para que las anoten en sus agendas para lo que está por venir. Por ejemplo, ¿qué hacía en esa reunión don Ángel Ferrera?