El Plan lo deben aprobar el Partido Popular y el PSC-PSOE, el actual grupo de gobierno. La dirección socialista está es ascuas ante la heterodoxia de Pacuco Guedes, hombre que sabe escuchar al punto de salir de una reunión en su partido diciendo que no a las torres para rectificar en 24 horas y afirmar que nada, que eran coñas, que él está con el nuevo urbanismo y que vivan las torres y la madre que las parió. El Partido Socialista se juega mucho y lo sabe su dirigencia, y tener a Pacuco en plan veleta no es bueno. Pero no es lo peor: estos días se habla de presiones imposibles desde la cúpula del Partido Popular para clasificar un lote de gran tamaño propiedad de Inmobiliaria Betancor con destino a uso residencial. Aparte de resultar bastante curioso, la pretensión obligaría a que el plan haya de someterse a un nuevo periodo de información pública, que elevará a 4.000 el número de alegaciones y eternizará la tramitación del planeamiento. Una vez más los intereses particulares por delante de los públicos.