Una vez más, el Gobierno de Canarias se ha entrometido en la gestión del consejo de administración de la televisión pública de Canarias y en el cometido asignado a la mesa de contratación de este concurso. Su decisión de que se desista de adjudicar los lotes A y C y dejar vía libre a que Socater se lleve el B (fue la única concursante a ese lote y al de publicidad) ya ha provocado un sonoro y monumental cabreo en Prisa, cuyo representante en Canarias, Xuancar, no ocultaba su mosqueo minutos antes de embarcar para Cádiz para asistir a una convención nacional de la Ser. En el ente, mientras tanto, se devanaban este martes los sesos para cuadrar legalmente el mandato gubernamental, y mucho nos tememos que el letrado Martín Orozco va a tener mucho trabajo las próximas semanas.