Águeda Montelongo es de esas mujeres dedicadas a la política que no aprende ni siquiera de sus propios errores, que ya es. En abril de 2012 denunciábamos en esta misma sección cómo la señora secretaria segunda del Parlamento utilizaba medios públicos, concretamente de la Delegación del Gobierno, para hacer propaganda de unas supuestas gestiones ante el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente de cara a conseguir presupuesto para el plan de regeneración de la playa del Castillo de Fuste (Antigua), un hermoso paraje que se llevó por delante la avaricia y el urbanismo salvaje. En aquella ocasión les contábamos cómo un comunicado que debió ser siempre del PP se lanzó con membrete de la Delegación del Gobierno, que luego corrigió para que fuera el partido quien lo emitiera, aunque con las mismas fotografías que ya había lanzado la Plaza de la Feria. Pues bien, no satisfecha con aquella lección de propaganda robada, la señora Montelongo volvió este mismo miércoles a las andadas convocando como Partido Popular de Fuerteventura un acto empresarial en el que dio a conocer a los interesados el proyecto cuando sobre él han de intervenir varias instituciones, y casi ninguna de ellas gobernada por su partido. La invitación, firmada por asociaciones empresariales, convocaba en español y en inglés al público en general “a la entrega y posterior presentación pública del definitivo Proyecto de regeneración de la Playa del Castillo por parte del Partido Popular de Fuerteventura”. A la señora Montelongo, que es presentada en el comunicado como “diputada provincial” cuando en realidad es diputada autonómica, se sumaron otros dirigentes del PP, unos más advenedizos que otros, como José Agustín Medina, delegado insular de la Administración del Estado, y Gustavo Berriel, presidente del PP de Antigua. El acto contó (o al menos así estaba previsto) con la proyección de un vídeo y, de colofón, un vino español, como mandan los cánones.