Los proveedores se mostraban eufóricos esta pasada noche en las instalaciones de Hiperdino. La crisis no les ha pasado una factura onerosa porque los fabricantes han sabido adaptar costes para rebajar precios, lo que en algunos casos ha permitido incluso cerrar las previsiones del año con pequeños beneficios. Pero lo que entusiasma a algunos distribuidores presentes es el papel de ruptura de statu quo que va a desempeñar Hiperdino al primar la compra de productos locales y la variedad en sus lineales, es decir, muchas marcas antes de la marca blanca. Y todos ponen como ejemplo a Mercadona, que ha aprovechado muy hábilmente el deterioro experimentado los últimos años por Hiperdino para sentar sus reales en numerosas ciudades y pueblos e imponer sutilmente su modelo de venta de manera exitosa. Pero tanto en precios como en variedad de referencias, Mercadona se enfrenta ahora a un competidor muy difícil que ya ha apreciado un incremento notable de sus ventas con tan solo llegar y hacer una rebaja drástica de precios. Los Hermanos Domínguez y Javier Puga parecen haberse tomado con mucha seriedad el nuevo proyecto, y personalmente están visitando una a una todas las tiendas de la región para comprobar que el deterioro de la cadena era cierto, y por lo tanto necesaria una importante inversión para enderezarla.