Los líos internos que vive el PSOE de Canarias con esto de reelegir o mandar a su secretario general a hacer puñetas (a la altura de Bruselas, o así) ha tenido su punto surrealista en la agrupación de Las Palmas de Gran Canaria, como era de esperar. Se presentaron tres listas para delegados al congreso regional, una supuestamente oficial, y otras dos contestatarias, una proclive a Jotaflá y la otra echada al monte, a ver qué nos dicen. La primera vino a ser una especie de cajón de sastre donde cupo de casi todo, y en ese casi todo vamos a incluir a militantes que apoyan al candidato, militantes que no lo pueden ver ni en pintura, militantes impuestos por Juan Fernando, dirigentes de hoy que quieren mortificar pasado mañana a Juan Fernando, militantes de hoy que quieren volver a ser dirigentes en el mañana y hasta un funcionario de Ferraz. Faltó la suegra y el pajarito, pero por los pelos.