Águeda Montelongo es la responsable directa de la autorización del pago con dinero público de las vacaciones de Tomás Burgos, que aunque su nombre indica otra cosa, es senador del PP por Toledo. Es absolutamente impensable que nadie del Patronato de Turismo hubiera permitido una malversación de ese tipo sin las órdenes de la presidenta del PP majorero. Pero si a esa autorización añadimos que para que cuajase el pago de las facturas fue necesaria la falsedad en documentos del propio patronato, nos encontramos con un interesante agravamiento de la cuestión que, además de las responsabilidades políticas, obligarían a Mario Cabrera a requerir las correspondientes de índole penal. Nadie lo hará, nos tememos, que a muchos por estos lares se las va la fuerza por la boca y así nos luce el pelo, lo que permitirá a Águeda Montelongo volver a decir lo que dijo cuando la trincamos pagándole con dinero público el coche de alquiler al secretario general de su partido, Manolo Fernández: “Ay, fue un error”. No, no fue un error sino una premeditada estrategia de la Montelongo por querer quedar bien con los mandamases de su partido, tanto los regionales como los nacionales, por lo que pudiera o pudiese ofrecerse a lo largo de la trayectoria política de esta personalidad majorera.