Dicen todos los testigos presenciales que jamás habían visto llorar a Jerónimo Saavedra como lo hizo este jueves en Madrid, durante la visita a los heridos en el accidente aéreo del miércoles. Saavedra suspendió sus vacaciones para plantarse en el Ifema y luego en los hospitales y poner en marcha los mecanismos que su Ayuntamiento tiene a su alcance para acontecimientos tan extraordinarios como éste. Junto a José Miguel Pérez, Saavedra se reunió este viernes con el presidente Zapatero, a quien ambos políticos canarios comentaron los fallos que se produjeron en las primeras horas, particularmente por la actitud poco colaboracionista de la compañía Spanair. Pero a diferencia de Paulino Rivero, que se reunió un poco antes con el inquilino de La Moncloa, Pérez y Saavedra fueron prudentes en sus declaraciones porque no es el momento de echar más gasolina al fuego.