Pero ya el colmo de la indecencia en la declaración de Teodoro Sosa se produjo cuando indicó que, como concejal de Urbanismo, había denegado a Félix Santiago autorización para explotar ese recurso minero, cuando él sabe perfectamente que lo que hizo el empresario, a propuesta de sus expertos en campos de golf, fue rebajar un poco la cota del terreno porque los vientos reinantes en la zona podrían haber afectado a la actividad. Pero, además, si la autorización para la explotación minera la tiene Antonio Luis Medina, ¿cree el concejal Sosa que Santiago iba a meterse en ese berenjenal estando las cosas como están? Más bien diríamos que algunos no saben lo que hacen cuando tratan de dinamitar el proyecto de desarrollo turístico del norte de Gran Canaria.