Hacer periodismo independiente en Canarias es tarea difícil. Si lo sabremos nosotros. Pero a medida que el ecosistema político, empresarial y mediático se acorta, esas dificultades devienen en asfixia, en desesperación y en autocensura. Es cierto que siempre existirá el periodista agradecido, el que está a gusto al servicio del poder o de los poderes, que no es lo mismo aunque sea igual. En Lanzarote, donde tradicionalmente ha habido interesantes intentos mediáticos, hace tiempo que la contaminación y la componenda afecta a casi todos, siempre con honrosas excepciones. Llama poderosamente la atención que el periodista de Lancelot TV que salva al presidente de una previsible batería de cuestiones sobre el caso sobrina, se despache en su pregunta sobre las relaciones entre Rivero y Zapatero con una frase muy reveladora: “Antes casi ni nos recibía”, en referencia a las largas que daba La Zarzuela. Le faltó decir aquello de Paulino, queremos un hijo tuyo.