Como publicó este periódico, el SUP decidió este año hacerle el vacío a los mandos policiales y político-policiales en señal de protesta por la política de recortes y de incertidumbres en que anda instalada la plantilla, particularmente la de Las Palmas de Gran Canaria con el traslado de la sede del edificio de Usos Múltiples a no se sabe muy bien que chalecito de Ciudad Jardín. El ambiente se hace irrespirable, y hasta los más críticos con la gestión de Narciso Ortega empiezan a reconocer que esto supera todas las marcas. El SUP fue el único que hizo pública su espantada, pero fueron muchísimos los profesionales de todo el arco ideológico y sindical que no acudieron a los actos conmemorativos del viernes para así mostrar su disenso. De esa manera, fue muy llamativo que hubiera casi tantos guardias civiles como policías nacionales y que, en un momento dado, por la disposición de la mesa presidencial y el protagonismo de los jefes y oficiales del instituto armado, más parecía un acto dela benemérita que uno del Cuerpo Nacional de Policía. No invitar a los agentes que se jubilaron este último año provocó mucho cabreo, acrecentado por el trato más favorable dispensado a las esposas de los generales y coroneles de la Guardia Civil respecto de las esposas del cuerpo. Pero la guinda a tanta falta de tacto la constituyó la existencia de un reservado exclusivo para los mandos de ambos cuerpos policiales, que gozaban de trato VIP hasta en el servicio y las viandas que allí fueron servidas. El malestar provocó que este mismo lunes se celebrara una reunión casi improvisada en la que el jefe superior, su número dos (UCOT) y altos comisarios de la Supercomisaría discutieran por esa pésima organización de la fiesta de los Ángeles Custodios. Solano pidió disculpas a los asistentes y negó que el reservado fuera de uso exclusivo de los súper jefes, lo que todavía encabritó más a la concurrencia. Esto en Teruel no hubiera pasado, dónde va a parar.