El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Reunión contra la desafección
No parece haber salido decepcionado Paulino Rivero de su esperada reunión con Mariano Rajoy este miércoles en La Moncloa. Una entrevista que debía encuadrarse en la normalidad si no fuera porque se celebra después de dos años de profundos desencuentros entre los Gobiernos de España y Canarias y una interminable sucesión ?que aún perdura- de desaires protagonizados por el ministro Soria. Por suerte para todos, no se apreció el sello del ministro canario en el encuentro de estos dos viejos conocidos, firmantes gozosos de algún que otro pacto de Gobierno en el pasado reciente, pero hoy distanciados por unas medidas antisociales y anticanarias que condujeron a Paulino Rivero a aquella famosa carta que, a la postre, acabó provocando este encuentro de primeros días de enero. Yerran ?muchos a propósito- los que siguen todavía sosteniendo que el encuentro responde al curso normal de las rondas de entrevistas del presidente Rajoy con los jefes de las autonomías. Tratan de minimizar el impacto de aquellas dos cartas ?hubo otra al Rey, como recordarán- en la que se hablaba de un crecimiento de desafección de los canarios hacia las instituciones del Estado por las continuas agresiones procedentes de Madrid. La reunión se celebró, da igual ahora el motivo, y en ella reinó un ambiente de cortesía y respeto difícilmente alcanzable en otras esferas de las relaciones con ministros del Reino. De no existir ese clima es imposible que se hayan pactado algunas cosas, intangibles a primera vista, pero decisivas para nuestro futuro, como una sana y enriquecedora negociación conjunta de la reforma del Régimen Económico y Fiscal (REF) o la concreción de un nuevo encuentro el próximo verano, un imposible en medio de las tiranteces de los dos últimos años. En el PP canario hubieran deseado ver en la rueda de prensa posterior a un Paulino Rivero desairado, echado al monte de la ruptura institucional; apareció, sin embargo, un presidente canario en la línea por él mismo marcada estas últimas semanas de recomponer un diálogo que nunca se rompió por la parte canaria y que los mariachis de Su Excelencia tratan de quebrar permanentemente en la línea soriana de incendiar Canarias para hacerlo feliz en el papel de bombero pirómano. Que es lo que en definitiva constituye la vocación natural de este sujeto. Tendrán que hacer de magos prestidigitadores, agitar probetas, mezclar churras con merinas a ver si les sale una explicación que impida a Paulino sacar rentabilidad de este encuentro.
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