Podemos estar tranquilos porque Mercedes Roldós, ex consejera de Sanidad, ha dicho públicamente que el concurso de oncología radioterápica para el complejo hospitalario Materno-Insular, en Gran Canaria, está limpio como una patena. Dijo exactamente lo mismo cuando estalló el concurso de la hemodiálisis, criado, ensolerado, convocado y adjudicado durante su etapa al frente de Sanidad, y ya ven por dónde anda el asunto: un asesor de la ex consejera, concesionario de un servicio de hemodiálisis, se esconde tras una empresa inmobiliaria sin experiencia ni solvencia económica para acabar ganando aún presentando la oferta más cara, 124,7 millones de euros. Ahora nos encontramos con un nuevo concurso con el mismo asesor de la ex consejera redactando las bases y participando en la apertura de plicas y la valoración de las ofertas, hechos que a la señora Roldós deben parecer absolutamente habituales en una administración pública. De ahí que proclame a los cuatro vientos que los que sospechamos lo peor de ese concurso, por el que se pretendía la privatización del servicio de oncología radioterápica, somos unos insidiosos. Ya veremos, que seguro que ni será éste el único concurso participado activamente por el referido letrado ni el único que acompañará al de la hemodiálisis en investigaciones judiciales.