Por mucho que se pongan a rodar cuesta abajo y sin frenos todos los barriletes cósmicos que este mundo habitan, la denuncia del salmón entró en la Sala de lo Civil y Penal del TSJC en tiempo y forma. No rayó el fraude procesal, ni obvió ninguna de las exigencias que para la denuncia del caso chalet se tornaron posteriormente excesivas. Entró el 11 de agosto y describía un delito que, en su grado menor, prescribiría el día 23. Pero la Sala de Vacaciones no consideró necesario hacer las mínimas comprobaciones para garantizar que nada prescribiera. Ni lo hicieron los titulares de la Sala de lo Civil y Penal durante el mes de septiembre. Agosto no es inhábil para la instrucción, como sabe muy bien el denunciado, José Manuel Soria, porque fue una Sala de Vacaciones la que, siendo alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, le archivó aquel feo asunto del caso Jinámar.