El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Salvo que lo que se pretenda sea otra cosa
De la profesionalidad de Ignacio Bádenas no dudan ni siquiera los que él señala como culpables de su arrinconamiento en la Jefatura Superior de Policía de Canarias. Hombre muy trabajador y con mucho tesón, tiene fama de duro y exigente con sus equipos, a los que exprime para el éxito de cada misión. Colocar a un comisario así al frente de una policía con competencias exclusivas en la vigilancia de edificios públicos (por mucho que ordene Paulino ésas son las atribuciones que tiene otorgadas legalmente) parece pretender matar moscas a cañonazos. Ruano lo quería a él y no a otro. Lo avalaba también José Manuel Soria, que siempre ha visto en Bádenas al jefe superior ideal para Canarias. Pero, ¿para qué quiere un Gobierno a un comisario de tanto postín? Lo ignoramos por completo, aunque nos podemos imaginar que pretendan de él aquello a lo que no creemos que se preste: hacer de la Guanchancha una policía secreta que recabe información para el Gobierno de todo aquello y de todos aquellos que convenga.
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