No podía acabar de peor manera el mandato de Mari Pino Torres al frente del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, donde ha pasado de todo estos últimos cuatro años. Porque ya nadie espera que en estos últimos días se tomen las decisiones estratégicas que no se tomaron en su momento, ni que se corrija el rumbo definitivamente catastrófico que tomó esa nave desde hace ya algún tiempo. Pero que, de buenas a primeras, se produjera un dramático vacío de autoridad administrativa es la gota que colma el vaso de tanta ineficacia. El secretario municipal en funciones, Domingo Arias, que tiene plaza asignada por el Ministerio de Administración Territorial en San Sebastián de La Gomera, marchará para esa isla el próximo día 10, cuando concluya la prórroga especial que se le otorgó para cubrir el vacío generado por el conflicto contencioso-administrativo que sostiene con el consistorio sureño ese inigualable secretario municipal que es Marcelino López Peraza. Y para rematar tan desastrosa gestión no se le ocurre mejor cosa a la alcaldesa en funciones que ordenar que se pague ya la nómina de junio y la paga extraordinaria de verano a los funcionarios. Las prisas, dicen desde la oposición, vienen dadas por su compromiso de premiar a sus nueve cargos de confianza con unas retribuciones especiales que paguen su dedicación y su entrega a la causa. Entre 2.000 y 3.000 euracos por cabeza, para que no decaiga la fiesta.