El error de Antonio Castro Cordobez no tiene perdón, por mucho que todos trataran de justificarlo este jueves en el hecho de que “eso siempre se ha hecho así”. Si siempre se ha hecho así, siempre se ha hecho mal, lo que pone en evidencia un modo de actuar que dice bien poco del lugar donde se hacen las leyes de Canarias. Donde unos llamados padres (y madres) de la patria canaria juran o prometen guardar y hacer guardar los preceptos constitucionales, entre otros, la Ley. Pero a mayor abundamiento, el señor Castro ha sido estos cuatro años el secretario del Consejo de Gobierno, es decir, el que cada semana se reunía con la comisión de secretarios generales técnicos para preparar los acuerdos del Ejecutivo y su concordancia con el ordenamiento jurídico. Lo lamentamos mucho por don Antonio, que es de lo más noble que habita en la política isleña, pero ha desbarrado de lo lindo.