El 26 de octubre de 2001 José Manuel Soria tuvo en su mano evitar un desastre para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, del que entonces era alcalde. Todo el mundo creía que iba a anular la adjudicación de Emalsa al grupo formado por Unelco y Saur en aplicación de una sentencia notificada por aquellos años y cumpliendo su propio compromiso electoral según el cual debía ser el Consistorio el accionista mayoritario de la empresa pública de abastecimiento de aguas de la capital grancanaria. Pero no lo hizo, dicen que por recomendaciones chilenas, que no sólo es pirueta futbolística sino también andina. En fin. El caso es que la Justicia acaba de anular ahora el acuerdo del Ayuntamiento de esa fecha de 2001 y “reconocer el derecho de Aquagest a la adjudicación del concurso convocado en 1992”. El alcalde Saavedra tiene ante sí el enésimo marrón heredado de la era soriana.