“No somos una sucursal del PP en Navarra” y “ellos pactaron con el PNV y nos lo tragamos”, se justifica el presidente Sanz. ¿Puede decir lo mismo Rivero en Madrid? Quizás no pueda ni siquiera sostenerlo en El Sauzal, pese a las proclamas soberanistas de sus juventudes -¡juventud, divino tesoro... inmobiliario, más que estatutario!-. Pero no es a Ruben Darío a quien mira su homólogo Sanz sino al “diputado rebelde”, Santiago Cervera, del que se limita a señalar que con su actitud lo más probable es que sea expulsado de UPN por quebrantar la disciplina de voto. Lo mismito que aquí, oiga...